“Todo comenzó una tranquila tarde de pueblo con un desafío. Después,
Rómulo Mangini intentó conseguir la fórmula durante uno o quizá dos
años. Al fin lo logró y su invento fue un éxito. Desde entonces,
millones de personas han gastado millones en comprar millones de litros
del agua tónica de Mangini. Un agua dulce y amarga, como su historia.”
Paso de los Toros
es una ciudad ubicada en el centro geográfico de Uruguay, perteneciente
al departamento de Tacuarembó y ubicada sobre la ribera norte del Río
Negro, donde vivían baqueanos que ayudaban a las carretas y a las tropas
a cruzar el río, muy peligroso cuando la corriente era grande. Por su
valor personal y fuerza, estos baquianos se los llamaban “Hombres
Toros”. Así explica Pedro Armúa, en su Historia de Paso de los Toros.
Actualmente es la segunda ciudad con mayor población en el departamento,
luego de la ciudad de Tacuarembó, y fue fundada el 17 de Julio de 1903.
Hubo
un tiempo en que la fábrica fue el orgullo y el motor del pueblo: allí
trabajaron casi cien personas. Hoy la fábrica no existe, el agua tónica
es propiedad de Pepsi Cola (Pepsico Inc., Nueva York) y en Paso de los
Toros lo único que queda es un cartel despintado al borde de la
carretera que tiene el logotipo del agua tónica y dice: "Aquí nació Paso
de los Toros".
Rómulo Mangini nació en Montevideo en
1883. En un escrito nunca publicado, su pariente también fallecido,
Julio Monestier recuerda que Mangini estudió química y que se destacó en
la lucha grecorromana, "actividad ésta que le valió medallas de oro y
plata en 1919 y 1917 en torneos patrocinados por los clubes La Razón y L
'Avenir".
En 1924 Mangini, había llegado a Paso de los Toros para
trabajar en el comercio de la familia de su esposa, instaló una pequeña
fábrica de soda. Un año después la amplió y comenzó a fabricar el jabón
Terú Terú, y en 1926 incorporó a su producción refrescos con gustos de
frutas. Aunque aún hoy en Paso de los toros se recuerda el dulce sabor
de la Manzanal, solo uno de aquellos productos sobrevivió y se hizo
verdaderamente famoso.
Ya en Paso de los Toros,
convertido en próspero industrial, dos veces Mangini fue desafiado a
volver a luchar. Ambas peleas fueron empatadas.
Pero su mayor
desafío se lo adjudicó a un inglés llegado al pueblo de la mano del
ferrocarril. Se llamaba Jorge Jones y era "un amante de la buena vida y
exquisito bebedor", relata Pedro Armúa, agregando que Jones además llevó
el primer automóvil a Paso de los Toros y también la primera pelota de
fútbol.
Por entonces, la tónica más consumida en Uruguay
era la Bull Dog, importada de Inglaterra. Una de las tantas tardes en
que Mangini y Jones coincidieron en el club 25 de Agosto, el inglés
desafió al uruguayo: ¿por qué no fabricaba un agua tónica tan buena como
la inglesa?
Mangini respondió que no sabía la fórmula y Jones le
contestó que él conocía los ingredientes, pero no las proporciones. Allí
mismo, Jones le dijo a Rómulo cuáles eran los componentes. Pocos días
después Mangini hizo su primer intento y se lo dio a probar al inglés.
Así pasaron los meses, probando la fórmula uno, probando su sabor el otro.
Un
folleto editado por Pepsi en 1992, escrito por su ex funcionario Carlos
Pijuán, relata que Mangini "se sumergió en una febril búsqueda de
hierbas silvestres y frutas. Ninguna se salva de ser exprimida, diluida,
mezclada. Agita, deja reposar, prepara fuego con leña, calienta el
brebaje, lo enfría, y con él concurre al club una y otra vez durante dos
años”.
Julio Monestier, un familiar de Mangini recientemente
fallecido, cuenta en un escrito inédito que esos "largos meses de
tanteos y experimentos tuvieron al final su recompensa" el día que Jones
sentenció: "Esta es verdaderamente el agua tónica inglesa”.
Apenas Jones dio el visto bueno, Mangini comenzó a fabricar el agua tónica.
Las
fuentes no coinciden respecto a la fecha de inicio de la producción, se
sabe que fue en los años 20. Su primer nombre fue "Príncipe de Gales".
La calidad del paladar de Jones fue ratificada por el público: la nueva
bebida fue un éxito en el pueblo. Luego su fama llegó a Durazno. Los
pedidos crecieron de tal modo que pronto Mangini dejó de fabricar jabón y
se concentró en las bebidas, sobre todo en la tónica. Con el paso del
tiempo y viendo que la fama de su agua seguía creciendo, le cambió el
nombre para homenajear al pueblo clónele la había creado: Paso de los
Toros.
En la pizzería 18 de julio, en Paso de los Toros,
todavía conservan tres de aquellas primeras botellitas, que cada día
eran más requeridas. En 1946 ya se vendían en la capital. "Mi padre le
llevaba un camioncito chico por semana a un tal Sanguinetti que empezó a
distribuir la tónica en Montevideo", relató Paladino. Aquello del
camioncito chico una vez por semana "habrá durado seis meses " porque
los montevideanos cada vez pedían más y hubo que multiplicar los envíos.
Pero
el éxito comenzó a generarle un problema a Mangini: su fábrica no daba
abasto y él carecía del capital necesario para ampliarla.
"Un día a Rómulo se le ocurrió ofrecerle a unos baristas grandes de Montevideo hacerse accionistas", continuó Paladino.
Mangini
le propuso a Sanguinetti que lo ayudara a conseguir el apoyo de esos
comerciantes. Pero, recordó Paladino, el distribuidor montevideano le
respondió a Mangini: "Con esas agüitas sucias no vas a hacer mucho".
Consiguió
los capitales en 1947. Dos acaudalados hombres de Durazno, Frank
Marshall y Adolfo Caors, se asociaron con Mangini para fundar la
Sociedad Anónima Agua Tónica Paso de los Toros.
Además, se
pusieron en venta acciones en el pueblo, a diez pesos cada una. "De
inmediato se instaló en el viejo local una moderna máquina que, aumentó
en forma extraordinaria la producción", explica Armúa en su libro.
"En
1947 ya usábamos cuatro camiones para llevar el agua tónica a
Montevideo y cada uno hacía tres viajes por semana. En verano, recuerda
Paladino, no dábamos abasto. Yo llegué a hacer un viaje por día. Cada
vez llevábamos más".
Mautone es uno de los pocos ex
empleados de Mangini que sobrevive. Tiene 81 años, diez hijos, más de 60
nietos, ocho bisnietos y un hogar muy modesto ubicado donde la avenida
18 de Julio, la principal de Paso de los Toros, comienza a transformarse
en campo. Cuando habla del agua tónica, los ojos le brillan. "Si usted
estaba engripado o se sentía mal, se tomaba una y un mejoral y ¡usted
volaba!".
Mangini solo confió su fórmula a su empleado de mayor confianza: Vignoly.
"Había
un altillo donde se preparaba la esencia, pero solo subían él y
Vignoly. Mi papá sabía hacerla Manzanel, que era tan rica, pero el agua,
tónica nunca supo", relató Raquel Torres que cuando niña se paseaba
entre las máquinas de la fábrica porque su padre era uno de los
empleados más antiguos.
Mautone recuerda que "cuando Vignoly
terminaba de preparar un jarabe, le haría una seña y el Viejo subía al
altillo y probaba. El Viejo siempre tenía que dar el visto bueno".
Sin embargo, había un ingrediente que todos conocían; rayadura de cáscara de naranja.
"Contrataban
mujeres para rayar naranja. Las rayaban a mano, con rayadores parecidos
a los de cocina. Usaban solo la cáscara y regalaban las naranjas
peladas; todo el pueblo comía naranjas gratis", explicó Torres.
Torres
no tiene muy buen recuerdo de Mangini. "Tenía mal carácter. Cuando le
pedían dinero decía: 'Los pobres tienen que comer polenta y porotos'".
Para
Mautone, Rómulo era un jefe duro pero noble: "Como todo el personal,
pasé muchos malos ahí, porque trabajé como 20 o 21 años y el Viejo, como
todo patrón, tenía sus cosas. Pero cuando precisé, siempre, estuvo
puesto".
"¿Sabe cuál era el sistema que tenía para retarnos?",
pregunta sentado en una de las dos únicas sillas de su pieza. "Cuando se
enojaba empezaba a bajar la escalera, y a medida que se acercaba iba
apagando todas las maquinas. Cada paso que se acercaba, más silencio se
hacía. Cuando había apagado todo, ahí nos empezaba a retar. Nos gritaba,
pero nadie le contestaba. ¡Quién le iba a contestar! ¡Si pesaba como
200 kilos y había sido campeón de lucha grecorromana! Gritaba: 'Si hay
algún hijo de una gran puta que me quiera pelear, ¡le pago para que me
pelee! Era bravo, pero de buen corazón”.
El 17 de julio de
1948 el periódico isabelino La Idea homenajeó a Mangini y "a la
consagrada y recomendada Agua Tónica, conocida y apreciada, no solo por
su exquisito sabor sino también por sus condiciones medicinales".
"En
honor a la verdad, se decía, es la única fábrica que funciona en esta
villa, y que merced al esfuerzo incesante de su gestor y
director-técnico, ha llegado a un grado de perfeccionamiento y
actividad, que ya no solo es reconocida en este centro de la República,
sí que también en el litoral, playas del Este y en la misma metrópoli".
José
Pedro Álvarez, hoy de 66 años, recuerda que fue empleado por la fábrica
en 1949: "Las máquinas no daban abasto, trabajábamos fuerte de día y de
noche, en tres tumos de siete horas".
Precisamente tal era el
crecimiento de la demanda en la metrópoli, que a principios de los años
50 Mangini y sus socios instalaron una segunda fábrica, en la avenida
Millán, en Montevideo.
“Un día llegaron a Paso de los
Toros unos representantes de Pepsi Cola y comenzaron a ofrecer dinero
por las acciones de la fábrica", recuerda hoy Armúa. "¡Mucha gente las
tenía olvidadas en los roperos! Fue un revuelo, todo el mundo buscando.
Pepsi las pagaba muy bien y todos las vendieron locos de la vida”.
Pepsi
se dedicó, paso a paso, socio a socio, a conseguir la mayoría de la
empresa y lo logró el 14 de febrero de 1955. Con la mayoría también
consiguió la fórmula secreta.
Aquello fue duro para Mangini.
"Demasiado pronto, el capital accionario del presidente quedó en
minoría. El viejo luchador sintió hondamente, que la empresa de toda su
vida ya no era 'su empresa"', escribió Monestier.
Poco después, el 19 de enero de 1957, Mangini murió.
“Murió
el Viejo v todo cambió", opinó Mautone. EI ex empleado recordó que
todas las bebidas "las hacíamos con agua comente, pero la soda y la
tónica se hacían con agua de un pozo que estaba en la misma fábrica. La
tónica nunca fue la misma, porque el secreto era el agua de ese pozo.
Ahora es agua dulce nomás".
Todos los que vieron la tónica de Mangini, concuerdan en que tenía reflejos azules.
"Era
azulada. Uno la ponía a contraluz y veía el tornasol que formaba el
aceite, que llevaba, extraído de la cáscara de la naranja. La de antes
le sacaba el dolor de estomago como si fuera un medicamento. Ahora es
todo hecho en base a productos químicos. Nunca va a ser igual", dijo el
ex empleado Álvarez.
Después de la muerte de Mangini, Pepsi cerró la fábrica de Pasos de los Toros.
Los
socios, Rómulo Manzini y Jorge (George) Jones quedaron para siempre
asociados por el éxito del agua tónica Paso de los Toros.
La Fórmula: La
tónica Paso de los Toros fabricada en Uruguay tiene los siguientes
ingredientes, según su etiqueta: agua carbonatada, azúcar, saborizantes,
quinina y quasia amara.
El agua tónica fabricada en Argentina
tiene ingredientes no exactamente iguales: agua carbonatada, azúcar,
acidulante INS-330, extracto de naranja, quinina y quasia.
El
agua tónica nació en el siglo XVII, cuando comenzó a mezclarse quinina
con agua para conseguir bajar la fiebre. La bebida comenzó a hacerse
popular en el siglo XVIIl en Inglaterra.
La quinina es uno de los
alcaloides que se extrae de la quina, "ingerida a pequeñas dosis
estimula el sistema nervioso y hace más lento el pulso. A dosis mayores
congestiona el cerebro, disminuye la excitabilidad refleja de la médula
espinal y baja la fiebre. Su principal aplicación es contra el paludismo
(malaria), como antipirético y tónico".
Fuente: Artículo en la Revista Galería del Periódico "Búsqueda" - 23, Agosto, 1996
PUBLICIDAD "ARROLLA LA SED, PASO DE LOS TOROS" (1992)
Investigación Gustavo Taormina
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